Fabrica de Bolsas Ecologicas

Iniciativa en Colombia: Un convenio permitirá que los consumidores utilicen menos la bolsa plástica y más la ecológica.

Gracias a la alianza entre el sector público y el privado, durante un año se trabajó en el ambicioso plan para racionalizar, reutilizar y reciclar los empaques plásticos, que expidió recientemente la Secretaría Distrital de Ambiente (resolución 829 del 27 de febrero del 2011).

Según el plan, el uso de los empaques plásticos se tendrá que reducir progresivamente. Las bolsas grandes, que miden más de 30 centímetros, deberán disminuirse en un 30 por ciento en el mercado, y las más pequeñas, de tamaños menores a los 30 centímetros, tendrán que reducirse en un 40 por ciento.

Paralelamente, los productores y comercializadores deberán estimular el empleo de otros empaques más ambientales, como la talega de fique o el canasto, que se usaban antiguamente para cargar el mercado y no afectan el ambiente. El programa de racionalización, que tiene tres fases, empieza en las grandes superficies.

En una segunda etapa seguirá en los centros comerciales y, en la tercera, en el resto del comercio. Grandes cadenas como Éxito y Carrefour han respaldado decididamente este proyecto y ya comenzaron a ejecutarlo.

Empezarán a entregarles a los clientes bolsas que llevarán impresos los kilos del peso que podrán cargar. Además, en su publicidad invitarán a racionalizar los empaques plásticos y a reutilizarlos más.

Son las mismas cadenas que, de tiempo atrás, han buscado despertar la conciencia ecológica sobre el tema. Y no es para menos. Se calcula que en los grandes almacenes de la ciudad se emplea, mensualmente, un promedio superior a los 45 millones de bolsas plásticas, según un estudio de Datexco, hecho en el 2007, contratado por la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco).

Alrededor de 840 toneladas de esos plásticos -afirma el mismo estudio- terminan enterrados en el relleno sanitario Doña Juana. Ese material -dice la literatura internacional- demora hasta 400 años en descomponerse en un relleno. Ese elevado consumo fue lo que motivó a que, en una misma mesa, distintos sectores se sentaran a trabajar el plan: Fenalco, la Asociación Nacional de Industriales (Andi), la Asociación Colombiana de Plásticos (Acoplásticos), y Cigraf, el Grupo Éxito y Carrefour.

Aquí, las decisiones tomadas no fueron tan drásticas como las de España, donde se proyecta eliminar la bolsa en el 2012, o Chile, quequiere también prohibirla desde este año. Más bien se quiso bajar el consumo y, para ello, el plan fijó unos plazos.

Las grandes superficies deben conseguir la reducción del 30 por ciento en tres años; los centros comerciales, en cuatro años, y el resto del comercio, que tiene una meta del 20 por ciento de disminución, en seis años.

Pero los compradores tienen también una corresponsabilidad ambiental con los plásticos. Ahora, tendrán que aprender a reutilizarlos más o a reemplazarlos por los empaques ecológicos que ya se ofrecen en el mercado. Así se afectará menos el medio ambiente.

Grupo Éxito
Gonzalo RestRepo lópez, presidente

"Gracias a que estamos en el corazón de millones de clientes en 55 municipios de Colombia, podemos hacer tareas de sensibilización y también actuar sobre algunas de las fuentes que dañan el medio ambiente. Por ejemplo, los programas ¨Mi Planeta Éxito¨ y ¨Carulla Verde¨ buscan que los 260 millones de clientes anuales que compran en los almacenes del Grupo sientan como propio este grave problema.

También tenemos otras acciones concretas como nuestra bolsa reutilizable, de la que hemos vendido ya más de 220.000 con precios desde $1.200 con estrategia de redención de puntos. Y como los hechos son más importantes que las palabras, ya vamos a cumplir una meta de 200 mil árboles sembrados con el apoyo de nuestros clientes. Lo mejor es que vienen en camino otras acciones lideradas por el Grupo Éxito de gran magnitud para ayudar a que el planeta sea un mejor lugar para vivir"

Grupo Carrefour
Franck Pierre, presidente de Carrefour Colombia

Desde el 2008, y a través de una alianza con la World Wild Fund (WWF) y el Ministerio de Medio Ambiente, Carrefour decidió ofrecer a sus clientes la posibilidad de empacar su mercado en bolsas de tela reutilizables, pues consideramos que el medio ambiente es uno de los pilares de la empresa.

Por eso hemos puesto todo nuestro interés en este programa, porque creemos que es la única forma de mitigar el impacto ambiental que producen las bolsas plásticas que son elaboradas a partir de polietileno, un derivado del petróleo, recurso natural no renovable. Las bolsas plásticas que entregamos en las cajas de nuestros supermercados tienen una vida útil muy corta, en promedio 20 minutos, y tardan entre 100 y 400 años en degradarse completamente. En la actualidad, en el país se utilizan 13 millones de bolsas plásticas al mes.

Por ello celebramos la primera iniciativa local para promover el no uso de bolsas plásticas e incentivar el uso de las reutilizables; al tiempo que se desmitifican las llamadas bolsas oxodegradables, que en realidad no se degradan.

La lucha contra una plaga plástica
Manuel Rodríguez, exministro Medio Ambiente

En todos los rincones del mundo está avanzando la lucha para eliminar las bolsas plásticas, un ícono de la comodidad y una plaga para el medio ambiente.

Con frecuencia aparecen noticias sobre esta campaña global que, además, nos recuerdan la estulticia del consumismo basado en la creciente obsolescencia de los productos y el desperdicio, entre los cuales la bolsa de plástico es uno de sus más conspicuos representantes, puesto que se usa, por lo general, una sola vez mientras que tiene una vida de mil años.

Hay quienes prefieren apelar a la buena voluntad de los comerciantes y los ciudadanos, un principio que fundamenta las campañas de Maine (USA) y de Bogotá, iniciadas recientemente, las cuales incorporan la educación como una de sus principales estrategias.

Hay quienes han acudido al reciclaje como estrategia para incrementar su ciclo de vida, motivando a los ciudadanos a que las retornen mediante diversos incentivos, como se tipifica en Nueva York y Chicago. Mientras que otros han preferido apelar a la imposición de los impuestos sobre las bolsas de plástico, como en el caso de Irlanda que, en 2002, logró disminuir su uso en un 90% en solo tres meses.

Es una modalidad imitada por Hong Kong, Washington D.C., Israel y Holanda, entre otros, y rechazada por algunas ciudades y países en virtud de la resistencia de sus ciudadanos a pagar más impuestos. La prohibición total o parcial de su uso, adoptada por Ciudad de México, Nueva Delhi, San Francisco, Australia (en algunos estados), Sur África (2002), Bangladesh (2002), China (2008) e Italia (2011), entre muchas otras, muestra a la vez mediocres resultados y logros impresionantes.

En China se ha reducido su utilización en un 66%, equivalente a 40.000 millones de unidades por año. Y en Ruanda y Eritrea la prohibición es tan estricta que se decomisan las bolsas de plástico a los turistas. Son diferentes medicinas para curar un mismo mal, que se pueden mezclar en diferentes dosis, y de todas ellas tenemos mucho que aprender.

Públicos y privados
Francisco Miranda, editor de opinión EL TIEMPO

El pacto entre las autoridades ambientales bogotanas y grandes cadenas de almacenes para la racionalización del uso de bolsas plásticas es un ejemplo local de alianza público-privada para una iniciativa ecológica.

Por su naturaleza las temáticas 'verdes' son terreno fértil para los diálogos entre los intereses de las empresas privadas con las demandas de regulación, propias de las agencias gubernamentales.

No son pocas las campañas que en distintas partes del mundo gobiernos municipales y empresarios han desarrollado para impulsar abanicos amplios de medidas desde la recuperación de humedales y rellenos sanitarios pasando por la limpieza de playas y zonas verdes hasta la eliminación progresiva de materiales contaminantes como las bolsas.

En 2005, por ejemplo, la ciudad de Los Ángeles en California desarrolló un programa con una organización de la sociedad civil, la Alianza por la Bolsa Progresista, para reducir tanto el uso como su disposición en los canales fluviales.

En otras regiones de Estados Unidos como Oregon y Massachussets, entidades oficiales y asociaciones cívicas han montado experiencias similares. El éxito de este pacto en la capital del país reside en varios factores. El primero es el respeto por la gradualidad y los tiempos.

El Distrito Capital evitó la opción del decreto unilateral para involucrar activamente a los actores privados, cadenas de supermercados y gremios sectoriales. Cumplir los generosos plazos es el primer paso para hacer realidad la reducción de las bolsas. Un segundo aspecto es el pedagógico.

La iniciativa requiere un fuerte componente de cambio de hábitos de los clientes de los grandes almacenes y las tiendas de barrio. Del éxito de esta interiorización colectiva dependerá que las metas de disminución del programa se superen.

LUCEVÍN GÓMEZ
REDACCIÓN BOGOTÁ